En estos tiempos de incertidumbre, surgen voces proféticas entre la multitud. ¡No te dejes engañar por falsos profetas disfrazados de mensajeros celestiales! Como bien nos enseña la palabra de Dios, "por sus frutos los conoceréis" (Mateo 7,16-20). Pero, ¿son siempre evidentes estos frutos? No te confíes en las apariencias: la paz y la alegría que aparentemente emanen de un mensaje o el número de seguidores no son garantía de autenticidad. Recientes revelaciones han cuestionado la integridad de figuras públicas, recordándonos la importancia de la cautela y el discernimiento en nuestra búsqueda espiritual de la verdad. Lo meditamos hoy en el programa para formarnos mejor en este aspecto. ¡Compártelo!