Hoy más que nunca la humanidad necesita del Paráclito, del 'Consolador' del Espíritu Santo; aquel que coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia hasta su consumación, pero es en los últimos tiempos, inaugurados con la Encarnación, cuando el Espíritu se revela y nos es dado, cuando es reconocido y acogido como persona. El Señor Jesús nos lo presenta y se refiere a Él no como una potencia impersonal, sino como una Persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal. ¿Cómo discernir mejor en estos tiempos? lo analizamos en AyFe.